viernes, 21 de junio de 2013

Renacer.

Le miré, sabía por su manera de actuar que era uno de sus días buenos, uno de los días en los que los recuerdos de un pasado que ni siquiera a mí se había atrevido a contarme se apartaban para permitirle vivir el presente y, quizás, con un poco de suerte, pensar en el futuro. Los días buenos no eran realmente "buenos", él no era del todo feliz, siempre había algo que le faltaba, un espacio en su alma que hacía ya bastante tiempo que yo había dejado de intentar rellenar. Los días malos me aterraban, él permanecía sentado en una postura tensa durante todo el día, su mirada perdida en los recuerdos. Pero las pesadillas eran lo peor, sus gritos aterrados, sus llantos por la pérdida de algo que había quebrado su alma. En esas noches yo me sentaba a su lado, su mano entre las mías y le susurraba palabras tranquilizadoras aunque yo, en el fondo, sabía que nada podía decirle ya que nunca he sabido cuál era la causa de sus males...

sábado, 10 de noviembre de 2012

Real.

Lo que necesito de verdad es el diente de león en primavera, el brillante color amarillo que significa renacimiento y no destrucción. La promesa de que la vida puede continuar por dolorosas que sean nuestras pérdidas, que puede volver a ser buena.  Y eso solo puedes dármelo tú.
Así que, cuando me dices:

-Me amas. ¿Real o no?

Yo respondo.

-Real.


Porque en la arena solo se te permite un deseo.

-Primero tienes que imaginar cómo era estar en la arena. Era como ser un insecto atrapado bajo un cuenco lleno de aire hirviendo. Y jungla por todas partes, jungla verde, viva y en movimiento. Un reloj gigantesco va marcando lo que te queda de vida. Cada hora significa un nuevo horror. Tienes que imaginar que en los últimos dos días han muerto dieciséis personas, algunas de ellas defendiéndote. Al ritmo que van las cosas, los últimos ocho estarán muertos cuando salga el sol. Salvo uno, el vencedor. Y tu plan es procurar no ser tú.
Una vez en la arena, el resto del mundo se vuelve muy lejano. Todas las personas y cosas que amas o te importan casi dejan de existir. El cielo rosa, los monstruos de la jungla y los tributos que quieren tu sangre se convierten en tu realidad, en la única que importa. Por muy mal que eso te haga sentir, vas a matar a otros seres humanos, porque en la arena solo se te permite un deseo, y es un deseo muy caro.

+Te cuesta la vida.

-Oh, no, te cuesta mucho más que la vida. ¿Matar a gente inocente? Te cuesta todo lo que eres.


sábado, 8 de septiembre de 2012

¿Qué sientes ahora mismo?-Me preguntó.

Como era de esperar tuve ganas de tirarle algo a la cara, de destrozársela.
Aquellos pómulos altos, aquellos rasgos angulosos, aquella piel blanca y tersa que yo tanto amaba.
Aquellos ojos del color de la hierba recién cortada y que parecían tener la textura de la misma.
Como era de esperar, dos segundos más tarde me arrepentí de haber pensado aquellas cosas, pero no por ello desapareció toda la ira, toda la rabia, ni todo el dolor. Ese que me carcomía por dentro, que me convertía en alguien que yo no deseaba ser.
Y al darme cuenta exploté.
-¿Que qué siento?-Murmuré entre dientes- Siento frío y calor. Siento odio y amor. Tengo ganas de matarte y de abrazarte, de amarte una vida entera y de escuchar tus gritos de dolor día tras día. Tengo ganas de hacerte cosas que ni siquiera tienen nombre y lo malo es que no sé si son buenas o malas.
-Eres una chica realmente rara.
-Lo sé.
No pude evitar que una sonrisa irónica se colara en mi boca, como tantas otras veces pero con un matiz mucho más oscuro, más amargo.
-¿Y qué puedo hacer yo?
-¿Tú? Tristemente no puedes hacer nada, ni quieres ni puedes.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Y esta entrada es para ella.

Te la dedico a ti, a mi rubia, a una de las personas a las que más quiero en este mundo, porque para mí significas mucho y no me imagino una vida sin ti, así que no la quiero, ¿vale? Es imposible contar todo lo que hemos hecho juntas y es aún más imposible contar cuántas cosas nos quedan por hacer. Tú y yo ya hemos decidido que queremos un futuro juntas, irnos a la universidad y alquilar un pisito que decoraríamos a nuestro gusto, tipo Ikea, más bien, copiando a Ikea completamente. Pues quiero que eso se cumpla y no quede en una perfecta utopía, en un sueño inalcanzable, porque no quiero que nos distanciemos nunca. Así que como yo me he empeñado nunca pasará. Bueno, ¿y qué más decirte? No tengo que decir nada más, porque ya sabes el dicho: lo que importan son los actos y no las palabras.
Que te quiero mucho, rubia. Te prometo un 

Ven aquí y dime que me quieres, que quieres pasarte toda la vida a mi lado, despertar cada mañana y verme en tu cama y que por ese simple hecho tienes una sonrisa diaria. Ven y dime que me amas, que tu vida no tiene sentido sin mí, que nunca podrás conseguir a nadie como yo. Y por último ven y dime la verdad, que yo no te merezco. Y cuando lo hagas te juro que permaneceré a tu lado para siempre, porque tendré que mantener algo en mi vida que es demasiado para mí.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Ellos, mi vida.

Solo hay una cosa que temo perder en este mundo y es a ellos, mi familia. Con familia me refiero también a mis amigos, a esas personas que sabes que van a estar ahí siempre, que consiguen hacerte sonreír hasta en los peores momentos. ESAS son las personas sin las que no podría vivir.